Explora la esencia de las conexiones emocionales en el marketing. En este artículo verás por qué preferimos las marcas que nos hacen sentir bien.
El Poder de las Emociones
Imagina esto: Estás en una tienda buscando una nueva televisión para ver los partidos de fútbol de tu equipo favorito.
Antes de pensar en las especificaciones técnicas, te ves a ti mismo como el anfitrión perfecto de una de esas noches épicas de la Champions League. Sientes la emoción de compartir la victoria con amigos.
¿Te suena familiar?
Antes de plantearte cuestiones racionales, piensas en lo que quieres sentir.
Esto es algo completamente natural. Antes de comprender, sentimos. Pues, como dijo Aristóteles: «No hay nada en el intelecto que antes no haya pasado por los sentidos».
La clave para una estrategia de marketing emocional efectiva reside en despertar sensaciones positivas.
¿Qué te cautivaría más: Un vendedor que te abruma con especificaciones técnicas o uno que te entiende y te hace sentir especial?
El segundo vendedor, ¿verdad?
Es decir, aquel que te cuenta una historia en la que te ves reflejado. Aquel que conecta contigo a un nivel más profundo.
Algo que nos caracteriza es que andamos en constante búsqueda de conexiones emocionales. Por eso, preferimos las marcas que nos hacen sentir bien frente a las que nos hablan de meros aspectos técnicos.
Llegar a estos niveles de conexión con tus consumidores es lo que te va a diferenciar de tu competencia.
Normalmente, tendemos a decantarnos por las marcas que nos hacen sentirnos así. Nos guiamos por esa intuición primaria. Y posteriormente justificamos racionalmente las decisiones que fueron tomadas desde una base emocional. Eso es lo que convierte a nuestra elección en una decisión sólida y satisfactoria.
En resumen, si desbloqueas el poder del marketing emocional tienes una oportunidad para conectar con tu audiencia de manera auténtica y duradera.